La evaluación de desempeño basada en competencias, se enfoca en desarrollar los comportamientos y competencias de cada individuo en su lugar de trabajo, con el objetivo de fomentar la performance de los trabajadores y apoyarlos en sus labores cotidianas.
Este tipo de evaluación, permite analizar las competencias de la fuerza laboral y cómo las acciones de una persona en particular pueden llevar al cumplimiento o pérdidas de los objetivos definidos en un periodo de tiempo, obteniendo así una comprensión de la posición actual de cada colaborador y qué comportamientos adicionales debe desarrollar para su futuro.
El concepto de competencia en el lugar de trabajo
El término “competencia” tiene su raíz etimológica del verbo latino compe tere, que en latín antiguo significa "unirse", término que se utilizó para pelear o luchar en conjunto, como también para competir, dando uso a la palabra competencia. Bajo esta arista del término, podemos decir, por lo tanto, que competencia se refiere al “afrontamiento”.
No obstante, en este artículo, nos interesa abarcar su significado desde el punto de vista laboral, y cómo las empresas aplican evaluaciones basadas en competencias a sus trabajadores, entendiendo el adjetivo “competente” como la definición de aquel individuo que tiene una “aptitud de pericia que es ideal” para realizar una acción o intervenir en un tema determinado, en este caso, en un puesto de trabajo.
En 1959,
el psicólogo motivacional norteamericano Robert White definió “competencia” como la capacidad de los individuos para dominar las demandas que les impone su entorno. Si bien este concepto no contradice la definición que abordaremos en este artículo, es muy general y amplio.
En este primer apartado, el concepto de competencias se sub-dividirá en tres elementos esenciales asociados con el desempeño en el lugar de trabajo; conocimiento, destrezas y habilidades,
de acuerdo al análisis de Nordhaug y Grootings:
- Conocimiento: se define de manera simple como las diversas formas de información que están más o menos organizadas en el individuo.
- Destrezas: se entiende como las capacidades para actuar de maneras específicas, incluida la ejecución de tareas puntuales,
- Habilidades: son aquellas capacidades innatas y potenciales relacionadas al conocimiento de un individuo.
En este último punto, es importante destacar que el ejercicio de las habilidades a menudo requiere de ciertos conocimientos y destrezas que estén presentes de antemano. Por ejemplo, la habilidad para enseñar a otros, requiere del conocimiento de los temas tratados, así como un mínimo de habilidades de comunicación y destrezas. Debido a esto, es que los conceptos de conocimiento, destrezas y habilidades deben ir de la mano cuando hablamos de las competencias individuales en el lugar de trabajo, particularmente cuando se trata de evaluaciones de desempeño basadas en competencias.